Son jóvenes
y atractivos, les sobra el dinero y no tienen mucho que hacer, salvo conducir
coches de marca, tomar copas en los clubs de moda e ingerir toda clase de píldoras
estimulantes o alucinógenas. Viven rodeados de lujos en los barrios
residenciales de Los Ángeles. Son crueles y promiscuos. Pueden llegar a
practicar un sadismo sin límites.
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